
Un buen día, Elena y Toni pasan frente a una tienda de discos.
Toni: Oye, elena, ¿guardas todos aquellos discos de "folk"?
Elena: Pues no. Le regalé la mitad, más la mitad de un disco, a mi amiga Susi.
Y, después, le presté la mitad de los restantes, más la mitad de un disco a Pucho.
Así que ahora solamente me queda un disco. Y estoy dispuesta a regalártelo si eres capaz de averiguar cuántos discos tenía yo al principio.
Toni estaba desconcertado. No atinaba a ver para que puede servir medio disco.
Pronto se le ocurrió una idea. Y se dio cuenta de que Elena no tuvo necesidad de partir ningún disco. Consiguió resolver el problema, y Elena le regaló el disco prometido.
¿Qué buena ocurrencia pudo tener Toni?